Rescato este artículo que publiqué en INED21 el 30 de abril de 2015.

La experiencia de los años me ha permitido conocer los diversos procesos de aprendizaje que se dan en las personas, desde los niños hasta los adultos, desde la Educación formal y reglada a la informal. Gracias a esta praxis continuada de muchos años, sumada a las investigaciones que he tenido la oportunidad de dirigir en los diferentes ámbitos de los sistemas formativos y de aprendizaje a lo largo de la vida, me permite tener una perspectiva amplia sobre multitud de modelos, sistemas didácticos y teorías del aprendizaje.

Evidentemente de todo se aprende, de casi todo se pueden obtener buenas prácticas, muchas teorías son acertadas en algunos aspectos, otras son más adecuadas en su práctica diaria… Por eso que soy muy ecléctico en cuanto a las diferentes propuestas pedagógicas.

No renuncio pero tampoco soy un fan de ninguna teoría ni de ningún sistema, bueno, de alguno sí, del Aprendizaje Social (Social Learning). Para los efectos de este artículo considero como un sistema o modelo el Aprendizaje Social articulado mediante Comunidades de aprendizaje.

Todos aprendemos de los demás, observamos, analizamos, imitamos, enseñamos a los otros y colaboramos con ellos, ya sea en la familia, la tribu, el pueblo, la escuela, la universidad, la fábrica, la oficina… En definitiva no podemos obviar el carácter social de los individuos ni su tendencia a agruparse por afinidades, ya sea un tema de interés común, un proyecto, una necesidad o la superación de una prueba.

Según Jean Piaget, cuando el individuo interactúa en su entorno, construye su aprendizaje modificando su propia capacidad cognitiva y, en consecuencia la expresión de su inteligencia. Para Lev Vygotski es el medio social el que determina la interiorización de herramientas intelectuales como el lenguaje (que es social) y que, mediante ellas, nos ayudan en la construcción de nuestro conocimiento.

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Las relaciones y articulaciones se realizan entre individuos pero también entre comunidades buscando la interoperatividad y la interdisciplinariedad.

Como resultado emerge una acción potenciadora que vincula el aprendizaje de todos los componentes de la comunidad; el proceso enseñanza-aprendizaje es mucho más elaborado en cada uno de los individuos participantes y más eficaz que en una articulación clásica de la Educación tipo unidireccional de uno hacia todos.

He experimentado las Comunidades de Aprendizaje con niños de Primaria y sé que es muy importante cómo afrontan su participación; aquello que denominamos Soft Skills (las actitudes y conductas que no se pueden enseñar pero que sí se deben aprender), se han debido de trabajar antes para poder obtener resultados más eficientes en las Comunidades.

En la mayoría de las ocasiones en que las personas aprenden, lo hacen estrictamente para adquirir conocimientos y/o contenidos técnicos.

Se capacitan a las personas para que sepan realizar cosas bajo instrucciones adecuadas, para que sean capaces de realizar operaciones sofisticadas y para que sean competentes técnicamente; no obstante, no se consiguen los resultados deseados, ¿por qué?

De lo que carecen es de todas las competencias asociadas a las necesidades sociales, laborales o profesionales de los individuos.

Pueden saber mucho sobre cómo hacer una soldadura perfecta o cómo escribir un bonito texto de carácter administrativo, sin embargo, no son competentes para trabajar en equipo, colaborar con otros, ser capaces de analizar las situaciones y tomar decisiones, saber llegar a acuerdos con otros, idear situaciones para la resolución de conflictos… En definitiva falta todo aquello que conforma la competencia plena e integral de las personas y que está relacionado con las actitudes y conductas esperables.

Si integramos todos esos conocimientos «blandos» o Soft Skills en la metodología del procesos de enseñanza-aprendizaje podremos obtener resultados más eficientes. De esta forma podemos hacer que los individuos aprendan las conductas que no se pueden enseñar sino que se aprenden haciendo (Learning by doing)

Si observamos la imagen del modelo de las palancas del aprendizaje vemos dos cuadrantes bien delimitados:
– La parte izquierda con los contenidos técnicos y del «saber»
– La parte derecha con todas aquellas capacidades y competencias que nos hacen entes sociales, comunicativos, comprometidos con los demás, etc…

La educación clásica primaba el conocimiento y el saber sin más, en las últimas décadas hemos aprendido a contemplar el aprendizaje como un cúmulo de propiedades que en su conjunto nos hace más competentes, por ejemplo, al saber le debemos añadir el cómo hacerlo además del querer hacerlo. Bien, hasta aquí hemos evolucionado un poco más.

Pero nos olvidamos de algo que Piaget y Freire nos decían, aprendemos con los otros y de los otros, aprendemos a ser competentes en entornos de trabajo o de relaciones sociales. Por tanto, no solo hemos de saber hacer las cosas que ya conocemos, sino que hemos de poner en juego toda una serie de capacidades, conductas y habilidades que nos permitirán ser competentes para los diferentes roles sociales que representamos en el día a día.

Las palancas del aprendizaje, para mí son dos:
1- La que nos permite multiplicar el efecto de la enseñanza mediante una metodología divertida, cercana a nuestros intereses, en la que construyamos nuestro saber con los demás, en la que juguemos para aprender (¿no lo hacen todos los animales y los niños?)
2- La que nos ayuda a aprender lo que nadie nos puede enseñar (Soft Skills): comprometernos con los demás y con un proyecto, colaborar, liderar, saber resolver nuestros conflictos, adelantarnos para evitar que surjan problemas mediante soluciones originales y anticipadas, saber analizar críticamente, tomar decisiones, ser autónomos y con iniciativa…

En la segunda palanca, podemos decir que la expresión competencial del experto, es aquella en la que es capaz de hackear algo.

Hackear es conseguir una nueva solución, original, eficiente y eficaz para un problema que por los canales habituales o normativos no tiene solución o es de difícil aplicación.

En el **MIT Medi lab ** J. Philipp Schmidt ha desarrollado un Sistema Abierto basado en el Aprendizaje Social. Lo denomina ***Social Open Learning*** con la filosofía que, en mi opinión, considero más acertada. Y lo ha «condimentado» con la tecnología Hardware y Software en abierto y libre.

Nos habla de la metodología de las 4 Ps:
1. Passion
2. Play, jugar
3. Peer, entre iguales (intercambiamos los roles, de profesor a alumno, igual que nos explicaba Paulo Freire)
4. Project, trabajando mediante proyectos para alcanzar una meta u objetivo.

Las 4Ps se corresponden con las necesidades de encuentro entre los participantes, la intersección en la que todos podemos estar de acuerdo como comunidad para realizar procesos de aprendizaje que modifiquen nuestros estados mentales, en la línea que sostenía Piaget.

En definitiva, J. Philipp Schmidt está experimentando con comunidades de aprendizaje, tanto presenciales como virtuales o mixtas; y las une mediante la tecnología en forma de plataforma «un esquema conceptual tecnológico» que denomina P2PU, Peer 2 Peer University

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Finalmente y gracias a la emergencia de las nuevas posibilidades que han originado las redes sociales y los dispositivos móviles, han aparecido nuevas relaciones entre comunidades en un mundo virtual aparentemente caótico.

Todo lo que deseemos aprender está en la red. Encontremos el talento que está distribuido por todo el planeta y conectémoslo. El modelo P2PU pretende que las personas con menos oportunidades también tengan acceso al conocimiento y a personas con las mismas pasiones y proyectos.

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PALANCAS DEL APRENDIZAJE, SOCIAL LEARNING Y P2PU
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